28/05/2025
El cantautor irlandés Hozier regresó a Argentina con un concierto inolvidable en el Movistar Arena, en el marco de su gira Unreal Unearth Tour.
El cantautor irlandés Hozier regresó a Argentina con un concierto inolvidable en el Movistar Arena, en el marco de su gira Unreal Unearth Tour. Tras su debut en el país durante Lollapalooza Argentina 2024, esta vez ofreció un show solista, producido por DF Entertainment, que consolidó su lugar como uno de los artistas más trascendentes de su generación. Con una mezcla de espiritualidad, sensibilidad y potencia sonora, Hozier transformó la noche porteña en un viaje íntimo y poderoso que dejó al público en un estado de éxtasis emocional.
Acompañado por una banda de gran formato -con cuerdas, coristas, teclados y una sección rítmica imponente-, Hozier desplegó un repertorio de más de una hora que combinó poesía, folk y soul. El concierto abrió con el díptico atmosférico De Selby, fusionando gaélico, funk y psicodelia, marcando el tono de una experiencia musical envolvente. El setlist equilibró temas de su aclamado álbum Unreal Unearth (2023) y el EP Unheard con clásicos que han definido su carrera. Canciones como Jackie and Wilson encendieron al público con su energía retro, mientras que Abstract (Psychopomp) sumergió a la audiencia en un clima introspectivo. El hit Too Sweet, favorito de los más jóvenes, aportó un toque vibrante y contemporáneo.
Momentos de comunión y conexión
La noche estuvo marcada por instantes de conexión profunda con los fans. Take Me to Church, su himno más icónico, desató un coro unísono que hizo vibrar el estadio, mientras que Someone New y Nina Cried Power destacaron por su mezcla de ternura, groove y un mensaje de activismo. El cierre con Work Song envolvió al Movistar Arena en un aura espiritual, dejando a los presentes visiblemente emocionados, con rostros que reflejaban la intensidad del momento.
La puesta en escena, sobria pero efectiva, con luces cálidas y una dirección artística minimalista, puso el foco en la música y la poderosa voz de Hozier. En un mundo saturado de estímulos, el irlandés creó un espacio para la contemplación, donde cada acorde y verso resonó con una profundidad que conectó al público desde el primer momento. Los aplausos y los silencios reverentes en los pasajes más íntimos evidenciaron la entrega total de la audiencia.
Un templo de emociones
Con su habilidad para entrelazar folk, soul y letras poéticas, Hozier convirtió el Movistar Arena en un santuario de emociones. Esta presentación no solo reafirmó su talento para cautivar con historias universales, sino que también dejó una huella imborrable en los fans argentinos. En tiempos de fugacidad, Hozier ofreció una noche de belleza sonora y reflexión, demostrando por qué su música trasciende generaciones y fronteras. Sin duda, una velada que quedará grabada en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de estar presentes.
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