El corazón roto, la madurez, la rebeldía o el recuerdo son cuestiones que marcan el debate propuesto por el músico. Es el diálogo interno entre el joven inconformista y el adulto que recuerda un amor de collares de bolas colgado en el cuello, cuestión esta última que entenderemos al escuchar su propuesta musical.

De entrada, el propio Granch dice que es una "canción muy especial para mí".

Durante la interpretación, una fase rap asalta la canción dejando al descubierto aquella faceta interna que representa el doctor Jekyll y el señor Hyde; una dialéctica que, en alguna medida, muchos tienen/tenemos.

Si un corazón roto es el anillo de una secuencia del videoclip, no es casual. Tiene tanto sentido como cuando se mezclan imágenes del descanso de su rodaje o cuando asalta, por sorpresa, el rap duro y esclarecedor desdoblándose.

En "De colegio" aparece el compositor capaz de fusionar y mezclar géneros de forma natural y explosiva al tiempo. También, visualmente, es capar de mezclar para su videoclip un doble tinte capilar con un uniforme escolar o un traje de hombre araña.

La canción es un medio tiempo entre la poesía y el rap que, como decimos, salta de improviso porque Pol lo considera preciso. Con todo, las canciones de Granch tienen una marca y un sello difíciles de replicar e inconfundibles, para bien; para muy bien.

Este tema está llamado a sumarse a éxitos como los discos de Platino de "Late" y "Te quiodio", la certificación de Oro de "No pegamos" y los cuatro Platinos de "Tiroteo remix", con Marc Seguí y Rauw Alejandro.

El videoclip, dirigido por Mario Arenas, refleja con precisión esa dualidad propuesta por Pol Granch y que se asimila también a su evidente rebeldía que, en todo caso, está atada a recuerdos frágiles como el de un amor de colegio.

¡Mira el video acá!