800 metros es la distancia que el 17 de agosto de 2017 recorrió la furgoneta que acabó con la vida de decenas de personas y causó centenares de víctimas durante el atentado de Las Ramblas. Al mismo tiempo, es también el título de la nueva docuserie que se estrenó en Netflix y que, con tan solo tres capítulos, es capaz de desvelar y revivir el drama de aquellos trágicos atentados del 17-A. Nunca se había hablado con tanta profundidad y detalle acerca de ese día en el que la Rambla se paró y el suelo de Cambrils tembló también por un momento. Hasta ahora.

La serie, de especial sensibilidad, no solo se centra en la tragedia ocurrida en Barcelona y Cambrils cuando, horas después de lo ocurrido en Las Ramblas, otro vehículo trataba de entrar a toda velocidad en el paseo marítimo de la ciudad. La historia va más allá, profundizando en todo aquello que quedó en el aire durante aquellos días. Las preguntas vuelven a emerger desde la pausa y con un trabajo bien documentado que nos lleva a preguntarnos: ¿Qué pasó realmente? ¿Qué podría haber ocurrido si los terroristas hubieran seguido el plan inicial?

Porque lo duro es imaginar qué podría haber sido peor. Según fuentes documentas, la idea era atentar contra la Sagrada Familia, la Torre Eiffel y otros lugares emblemáticos. Por suerte, la explosión que tuvo lugar en aquella casa de Alcanar en la que planeaban cometer uno de los mayores atentados de la historia en Europa, truncó el plan. Las consecuencias de lo que sí fue, ya las conocemos.

Imágenes inéditas

Ahora, cinco años después, la historia de esos ‘800 metros’ salta a la pantalla de Netflix a través de esta serie producida por Bambú Producciones (creadores también de ‘El caso Alcàsser’). El equipo de redacción, formado por reconocidos periodistas como Anna Teixidor, Nacho Carretero y Jesús García, deja la puerta abierta a que investiguemos junto a ellxs todo lo ocurrido alrededor de los atentados. La tensión por saber qué paso o cómo pensaban aquellos chicos antes de cometer este terrible atentando te obliga a permanecer quieto y darle play al próximo capítulo. Pero, no es cuestión de click o simple morbo, aquí la rigurosidad está servida.

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