04/11/2021
Disney continúa apostando por las series antológicas. Luego de Star Wars: Visions (2021), en la que la productora exploró distintos escenarios sobre Star Wars, llega Al otro lado del instituto o Just Beyond, como se tituló en inglés. Esta es una serie de comedia y terror en la que distintos centros de estudios son la excusa para tratar diversos temas, como la existencia de vida más allá de la Tierra o de actividad paranormal.
Al otro lado del instituto es una serie desarrollada por Seth Grahame-Smith, a partir de las novelas gráficas Boom! Studios, escritas por R. L. Stine para Disney Plus. Grahame-Smith ya formó parte de Batman: la LEGO película (2017), It (2017), de las que alguna cosa hay en esta serie para Disney Plus. A través de sus 8 episodios, en la producción se pueden ver desde aliens hasta brujas. Pero este tipo de recursos no son tan valiosos como cuanto se desarrolla en torno a ellos. Aunque nada en Al otro lado del instituto parece sugerirlo a simple vista, la producción encarna una serie de tópicos complejos y que, por su abordaje, a ratos parecen críticas disfrazadas de comedia.
Cada capítulo es independiente y ningunosupera los treinta minutos. Puede que ahí se encuentre uno de sus peros: con un poco más de tiempo algunas de las historias podrían haberse desarrollado mejor. Si se tiene en cuenta que la idea es sostenida a través de los distintos capítulos, se puede interpretar que Al otro lado del instituto no aspiraba a desarrollar más de lo debido y, aún así, vista y pensada para un público juvenil, resulta efectiva.
Todos los episodios, más allá de algún detalle de humor y el terror presente a través de ellos, tiene en común su contexto: las historias se narra en distintos centros educativos. Aunque no haya relación entre ellos, la narrativa global de la producción se impone: las escuelas y secundarias son hábitats tan complejos para crecer como inevitables.
Con base en esa idea, Al otro lado del instituto se interesa en las relaciones de familias disfuncionales, en el bullying, en la búsqueda de la identidad y el reconocimiento, inclusión racial y en las adicciones digitales. Al no tener que enlazar un episodio con otro, la sensación es que la producción se ha permitido abordar diversos temas a través de ellos. Viéndose como un abanico de temas vinculados con problemáticas actuales, la serie funciona.
De esa manera se explica que buena parte del elenco en algunos capítulos sea negro, dando espacio a una comunidad a la que históricamente se le suelen dar roles secundarios. También se explica, desde la base anterior, los problemas de autoestima y la crítica a aplicaciones como Instagram o a la edición de imagen, hasta el punto de transformar rostros enteros. En este apartado, se trata un tema más complejo: la identidad y el reconocimiento propio, en una época, la adolescencia, donde todo son estímulos. No son pocos los estudios y las críticas relacionados a este aspecto, sobre cómo se entiende la imagen personal y las consecuencias de que a través de distintas aplicaciones se pueda manipular.
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